Los truenos llegan pero no del cielo, el corazón cambia su ritmo, una fila de dragones que parece interminable esperan su turno para medir su poder contra otro, el Dios del tiempo exige sacrificio y no parece saciarse con facilidad, el ritual se repite una y otra vez, de dos en dos se miden las fuerzas y solo el compinche libera al destello, la señal se ha dado y pronto los adversarios ofrendan el don por el cual están aquí, el titubeo se paga caro, débiles e indecisos pronto son desechados pero la desgracia de uno es el deleite del otro, el lenguaje de signos escarlata de este Dios no tiene reproche y todos lo acatan, el malherido vuelve a su trinchera con la fe mermada y el ciclo renace.
Tony Frias
No hay comentarios:
Publicar un comentario